lunes, 16 de junio de 2014

"JUVENTUD MARAVILLOSA": Montoneros y La Cámpora



“Mantener una juventud que no se marchita es alcanzar al final de la vida la visión con la que empezó.”
Ayn Rand



Una etapa de la vida donde el enfrentamiento generacional, la compulsión a cambiar lo establecido, la rebelión y el inconformismo son protagonistas, es la juventud.
Si le sumamos la identificación necesaria con otros pares para ir definiendo la identidad, conformando grupos para transitar la vida, entenderemos el por qué de tantos agrupamientos juveniles que históricamente rompieron o intentaron romper ciertos paradigmas, propugnando cambios sociales, políticos, económicos, religiosos, culturales, que podemos observar a lo largo de la historia nacional e internacional.
También entenderemos por qué, son frecuentemente utilizados por la clase política como escudo de choque: la fuerza juvenil, el ímpetu, la energía, la avidez por correr riesgos, son armas infalibles cuando se busca inclinar la mirada política hacia algún objetivo.
En nuestro país, en dos épocas diferentes, dos grupos de jóvenes - que se igualan para unos y se diferencian para otros-  buscan trascender la realidad política y transformarla: Montoneros y La Cámpora.
Sin profundizar sobre el  valor de las ideologías que los motivan o los métodos que utilizan, pretendo buscar similitudes o diferencias, que ayuden a avizorar la implicancia de los fenómenos desencadenantes que impactarán o no en nuestra realidad sociopolítica.
NOMBRE Y DOCTRINA POLÍTICA
Montoneros (1970 a 1979), era una organización guerrillera de lucha armada, cuyo nombre pretendía  resaltar la continuidad histórica con los caudillos del interior argentino en el siglo XIX y las montoneras originales, del "Chacho" Peñaloza y Felipe Varela, estableciendo así una línea política nacionalista, anti-imperialista y federal, que la hacían partir de José de San Martín y las guerras de la independencia, pasar por los caudillos y Juan Manuel de Rosas y desembocar en Perón. 
Perón será así, el punto de contacto entre ambas agrupaciones, dado que La Cámpora toma su nombre como homenaje al expresidente argentino Héctor J. Cámpora, quien aceptara presentarse como candidato en las elecciones generales de marzo de 1973, en cuya campaña el lema principal fue «Cámpora al gobierno, Perón al poder».
La orientación política que los nuclea, en ambos casos es bastante similar, aunque con algunos matices de contexto diferentes. Así, Montoneros, se autodefinía como la izquierda peronista. Aunque, si bien en los primeros años recibieron el apoyo de Perón y de buena parte del Movimiento Peronista, luego fueron segregados por el propio dirigente, en aquél histórico 1 de Mayo de 1974, tras calificarlos de “estúpidos e imberbes” y luego de haberlos utlizado convenientemente, para retornar al poder.
Los Montoneros se definían como peronistas aunque provenían inicialmente de distintos orígenes y formaciones.  Porque su doctrina, se identificaba con las tres banderas del Movimiento: Independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política, que se expresaban a través de la necesidad de lograr un desarrollo económico independiente y una justa distribución de la riqueza, dentro del marco de un sistema socialista que respetara la historia y cultura nacional.
Compartían así la doctrina peronista tal como fuera definida por el propio General Perón, como profundamente nacional, humanista y cristiana, respetuosa de la persona humana sobre todas las cosas. Eso sí, respetuosa de la persona humana si ésta era también peronista…la historia demostró, que si ésto no era así, el respeto no era tanto…
La Cámpora también se autodefine como de marcada orientación peronista con el agregado de  kirchnerista, cuestión que para algunos peronistas ortodoxos constituye una clara contradicción.  Es una de las fuerzas y partidos políticos que componen el frente nacional “Unidos y Organizados”, una alianza de militantes propios del kirchnerismo surgida tras el pedido y convocatoria de Cristina Fernández de Kirchner a dicho fin.
Pretenden ser una continuación política de la Juventud Peronista (JP), que en la década de los años 1970 fue una de las organizaciones del peronismo revolucionario (muchos de sus militantes son hijos de desaparecidos o de miembros de la JP en esa década e incluso veremos cómo algunos apellidos de sus integrantes se repiten curiosamente en Montoneros, marcando rangos de jerarquía no reconocida oficialmente dentro de la agrupación).
En definitiva, la orientación peronista los convoca o los utiliza, para sostenerse o volver al poder, que es de donde se pueden realizar las transformaciones que los motivan.
ORIGEN Y OBJETIVO OFICIAL
Montoneros, tiene su origen en la década de 1960, mediante la confluencia de militantes del movimiento nacionalista estudiantil de ultraderecha Tacuara, la Agrupación de Estudios Sociales de Córdoba , el Ateneo de Santa Fe y otras agrupaciones del integrismo de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Así, se fueron perfilando grupos que se afianzarían junto a la militancia católica de jóvenes de clases medias y altas, cuyo órgano de prensa aglutinante era la revista nacionalista "Azul y Blanco" dirigida por Marcelo Sánchez Sorondo y Ricardo Curutchet y cuyo secretario de redacción desde 1966, fue Juan Manuel Abal Medina. Luego,  confluirán en la revista Cristianismo y Revolución, dirigida por Juan García Elorrio, y conformarán el Comando Camilo Torres que, junto al grupo conducido por José Sabino Navarro, pueden considerarse las células iníciales de Montoneros.
Hacia fines de la década de 1960 fueron alineándose con el peronismo revolucionario, de neto perfil populista y anti-imperialista, en tanto que su ideología se estructuraba con una poco clara mezcla de la doctrina peronista, con elementos del marxismo latinoamericano revolucionario provenientes del Che Guevara y de Fidel Castro, recibiendo fuertes influencias católicas desde el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Varios fundadores se conocieron cuando eran seguidores del sacerdote tercermundista Carlos Mugica.
Pero su fin comenzaría a delinearse el 1 de mayo de 1974, cuando sus acciones provocaron el rechazo de su líder y de los sectores sindicales y políticos ortodoxos, llevándolos a un gradual aislamiento.
Así, pasarán a la clandestinidad, el 6 de septiembre de 1974.
El 8 de septiembre de 1975, fue declarada "ilegal" por el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, y su desarticulamiento se dio a manos de la dictadura militar que derrocó a la viuda de Perón el 24 de marzo de 1976. En 1980 se refugian en Cuba los integrantes que restaban y sobrevivieron al proceso militar. Luego se trasladaron a Europa. Algunos miembros de la cúpula dirigente de Montoneros como Firmenich, Perdía y Vaca Narvaja, sobrevivieron. Algunos (tal el caso del propio Firmenich) fueron acusados de haber actuado como agentes de contra inteligencia y entregadores de sus propios compañeros por el fiscal Romero Victorica y se inició una causa judicial, finalizando con la exoneración por falta de pruebas.
El 13 de diciembre de 1983, el Presidente Alfonsín y sus ministros firmaron el decreto 157/83, por el cual se declaraba la necesidad de promover la prosecución penal contra integrantes de grupos violentos, entre ellos varios pertenecientes a Montoneros, por los delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público.
La Cámpora fue formalmente fundada el  28 de diciembre del 2006, (aunque ciertos medios periodísticos sostienen que está en actividad desde el año 2003), fecha en la que Néstor Kirchner recibió los atributos presidenciales del «Tío» Héctor J. Cámpora por parte de la familia del expresidente, por lo que esta fecha es considerada como la fundación simbólica de la agrupación.
MÍSTICA Y CELEBRACIONES
El 7 de septiembre de 1970, en William Morris (provincia de Buenos Aires), fueron muertos en un enfrentamiento Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus. Desde entonces, se conmemora esa fecha como el "Día del Montonero".
La Cámpora prefiere celebrar el “Día de la Militancia”, el 27 de Abril,  aniversario de la elección del fallecido expresidente Néstor Kirchner en 2003, a quien califican como un líder latinoamericano de proyección internacional.
Las frases o insignias que le son representativas, o que utilizan motivacionalmente, son para Montoneros consignas como "Perón o muerte"; "Luche y Vuelve". Utilizando como símbolo el clásico escudo montonero: sobre fondo rojo símbolo de la revolución, la P de Perón y entrecruzados los símbolos de guerra, la lanza indígena y el fusil moderno.



La Cámpora utiliza como uno de sus símbolos la figura del Nestornauta, que es una imagen estilizada del protagonista de El Eternauta de Oesterheld y Solano López, pero transformada con el rostro de Néstor Kirchner.

Frases como, "La patria es el otro" que utilizan en sus pecheras identificatorias de color azul y “Que florezcan mil flores”, frase del líder chino Mao Zedong que Kirchner solía dedicarles a los jóvenes en sus discursos y que, luego de su muerte, los herederos repetirán como un mantra, acompañan su clásica bandera, en sus dos versiones:




PRENSA Y DIFUSIÓN
En 1973, la organización Montoneros, lanzó el semanario "El Descamisado", de gran importancia para la época, con la dirección de Dardo Cabo, que publicó 47 números y llegó a una tirada de 100.000 ejemplares. En 1974, fue clausurado y de inmediato reemplazado con otra revista de iguales características: "El Peronista para la Liberación Nacional", dirigida por Miguel Lizaso, que apenas sobrevivió seis números antes de ser clausurada. Poco después, apareció "La Causa Peronista" con dirección de Galimberti; en septiembre de 1974, luego de publicar un reportaje acerca de cómo fue asesinado Aramburu, fue clausurado.
El Diario Noticias, dirigido por Miguel Bonasso y que tuvo al poeta y escritor Juan Gelman, Rodolfo Walsh, Francisco Urondo, Horacio Verbitsky, Pablo Giussani, el diputado y periodista uruguayo Zelmar Michelini entre otros, fue clausurado hacia agosto de 1974 después de 8 meses y 267 números.
En 1975, en la clandestinidad, Montoneros lanzó la revista Evita Montonera, que tuvo 25 números entre 1975 y 1979, dirigida inicialmente por Enrique Walker hasta su secuestro en julio de 1976. Editaron otra revista clandestina, como Estrella Federal, perteneciente al "Ejército Montonero" o "El Montonero". También desde el exilio, hicieron "El Descamisado", edición Centroamérica y "Noticias de la Resistencia".
En 1975, el Partido Auténtico, de vínculo con Montoneros, lanzó un quincenal tabloide, "El Auténtico", que sólo editó 8 números. Fue la última publicación legal de Montoneros. Ya en dictadura, Walsh, que militaba en el sector de inteligencia como oficial segundo, organizó la agencia clandestina de noticias ANCLA, que tuvo gran relevancia en el primer año y medio del proceso militar.
La Cámpora, realiza su difusión a través de www.lacampora.org; Facebook, Twitter, y todos los medios periodísticos oficialistas, escritos, radiales y televisivos.
ORGANIZACIÓN Y METODOLOGÍAS DE ACCIÓN
Los Montoneros, se organizaban en comandos operativos (Unidades de Combate) y/o brigadas.
En la provincia de Buenos Aires, fueron encabezados por Fernando Abal Medina, Carlos Gustavo Ramus, José Sabino Navarro, Emilio Maza, Carlos Capuano Martínez, Norma Arrostito, Mario Firmenich, entre otros.
Otros dirigentes notorios fueron Julio Roqué, Dardo Cabo, Marcos Osatinsky, Roberto Quieto, Horacio Mendizábal, Raúl Yaguer, Roberto Perdía, Fernando Vaca Narvaja, Rodolfo Galimberti, José Pablo Ventura, algunos de ellos provenientes de la organización Descamisados y otros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias o «FAR», una organización armada nacida de la fractura del PC argentino, la cual trocó su ideología marxista-leninista original por una más próxima al peronismo combativo, hecho que condujo a su fusión con Montoneros el 12 de octubre de 1973.
Es así como el 1 de junio de 1970, se presentan formalmente en sociedad,  mediante un comunicado referido al secuestro y asesinato del general y expresidente Pedro Eugenio Aramburu, quien fuera la cabeza de la Revolución Libertadora que en 1955 había derrocado al gobierno constitucional de Perón.
Cuando comienzan a ser perseguidos en 1974, legalizan internamente la utilización obligatoria de la pastilla de cianuro para evitar la delación en la tortura. Y se manejan mediante secuestros extorsivos, asesinatos, atentados, propaganda, ajusticiamientos, bombas molotov, coches bomba. Es decir, marcados profundamente por un accionar militar, y guiados por una lógica bélica.
Su estrategia revolucionaria: la de la guerra popular total, nacional y prolongada. Total, porque supone la destrucción del Estado capitalista y de su ejército, como previos a la toma del poder por el pueblo. Nacional, porque su sentido es el de la emancipación del dominio extranjero, a la par que la reivindicación del pueblo argentino. Y prolongada, porque hay que formar al Ejército Popular -lo que implica tiempo para desarrollarlo- y derrotar al enemigo mediante el desgaste, dado que la equiparación de fuerzas, les fue siempre desfavorable.
Incluso, poseían un sistema de justicia paralelo, con un Código de Justicia Penal Revolucionario aprobado el 4 de octubre de 1975 que era aplicable a todos los integrantes (art. 1°). Entre las penas se incluía la de muerte para ciertas conductas de sus integrantes (art. 21) que debía ser dictada por el Consejo Nacional (art. 28°).
La Cámpora, si bien también tiene una organización de estructura verticalista, encabezada -en jerarquía- por los que mantienen lazos sanguíneos con los montoneros de los años 70, ésta no está asumida oficialmente, vistiendo hacia afuera, una organización más de corte “empresarial “que política.
Sus principales referentes son Andrés Larroque; Máximo Kirchner; Juan Cabandié; Mariano Recalde; José Ottavis; Mayra Mendoza y Eduardo de Pedro.
Están divididos en áreas o departamentos:
- El CEP (Centro de Estudios Políticos): es un espacio que reúne a aquellos militantes que tienen conocimientos profesionales específicos. Su objetivo es articularlos a fin de poner sus saberes técnicos al servicio del proyecto nacional y popular que inició Néstor y hoy conduce Cristina. Está dividido en veinte comisiones (Economía, Estado, Salud, Cultura, Política exterior, Historia, Comunicación, Justicia, Asuntos Constitucionales, Seguridad, Energía, Políticas Agropecuarias, Ambiente, Infraestructura, Trabajo, Educación, Ciencia y tecnología).
- DDHH: en los siguientes ejes, Memoria y Justicia (juicio y castigo de los genocidas de la última dictadura); Identidad (más de 400 jóvenes que aún hoy se encuentran privados de su identidad); Trata de Personas (personas secuestradas y explotadas comercialmente con fines sexuales o laborales); Prensa y Capacitación.
- DIVERSIA: espacio de diversidad cuya meta principal es lograr visibilizar a la diversidad dentro del kirchnerismo y, consecuentemente, ser el kirchnerismo en la diversidad.
Su estrategia  es disputar espacios de poder dentro de la administración de Cristina Kirchner. También en la Confederación General del Trabajo (CGT) y las estructuras tradicionales del Partido Justicialista. Así, en las listas de candidatos a legisladores provinciales se incluyeron al menos dos o tres miembros de La Cámpora, entre los ocho primeros. Algunos de sus militantes ocupan cargos en empresas argentinas, en dependencias estatales y ministerios, son legisladores o diputados. Sus militantes conciben la política como una «herramienta de los pueblos para la transformación social», y a diferencia de Montoneros, “oficialmente” repudian la lucha armada.
El secretismo es su distinción, cuesta mucho conseguir información real de su funcionamiento. Buscan en definitiva,  el mismo proyecto de país que la organización guerrillera montoneros pero tamizado y suavizado en sus métodos, por la modernidad: en lugar de bombas molotov, usan el adoctrinamiento; en lugar de secuestros extorsivos, se autofinancian con fondos del gobierno; en lugar de realizar asesinatos, corren a los opositores a sus ideas ocupando los lugares de poder del Estado.
Ambas agrupaciones, se colorean con la no tolerancia al pensamiento ajeno, una exterminando al que piensa diferente, cosificándolo a obstáculo que impide la transformación del país. Otra, desplazando al otro, de los espacios políticos mediante escraches, ocupación masiva de los lugares de manifestación pública tradicionales, para lograr el posicionamiento necesario para influir en las políticas de estado, sin el sufragio previo que legitime su accionar.
Este pensamiento rígido y dogmático es propio de la juventud, quienes en sus ansias de cambio a lo establecido, estigmatizan inconscientemente al adulto generacional como el enemigo, el que no permite el cambio, o que sus métodos son tan templados que huelen a tibios, y generalmente producen desagrado en la generación juvenil, que ve a al orden actual como una limitación a su libertad. Es por ello, que las ideologías de cambio revolucionario, encuentran siempre caldo de cultivo en este segmento de la sociedad, y alimentados de la injusticia social, se direccionen siempre a captar esta masa concreta de población.
REFLEXIONES
La vida es sagrada, ninguna ideología que contemple de alguna forma el exterminio del que es ajeno a ella, tiene la evolución necesaria para despertar mi interés. La división entre buenos y malos, las posturas en blanco y en negro, la descalificación al que opina distinto, la agresión personal en el debate ideológico, el dogmatismo, son todas características de la inmadurez.
Máxime cuando la violencia se realiza en nombre del pueblo, un pueblo que es visto peyorativamente como incapaz de valerse por sí mismo, de elegir libremente por quién quiere ser representado, en un determinado contexto social e histórico, haciéndose cargo adultamente de las consecuencias de esa elección. Cualquier elección paternalista, implica en el fondo, una actitud infantil de quién elige.
La sangre ensucia la política, mancha las ideas, las tiñe de muerte, y eso nada tiene que ver con la vida. Pero hay muchas formas de matar. La censura, la no diversidad en el debate, la corrupción, la pobreza, el avance indiscriminado del narcotráfico y el delito, también mata.
La historia es cíclica, los procesos y los personajes se repiten, con las características del contexto cultural que los enmarca en cada momento. Aún no veo otro San Martín, ni mucho menos otro Belgrano…pero sí veo que Andrés “Cuervo” Larroque, secretario general de La Cámpora, durante un acto de campaña, en 2011, dice: “Somos soldados y estamos en la trinchera”, y ello junto con el adoctrinamiento de las Fuerzas Armadas mediante la inserción de numerosos miembros de La Cámpora en el Ministerio de Defensa y a su vez, posibilitando el contacto con la técnica militar de los miembros de ésta última, me recuerda a la inicial relación de la guerrilla montonera con las FAR. Espero que el final no sea el mismo, y que no cueste tantas vidas, porque haciendo lo mismo, no se arriba generalmente a resultados diferentes.
Me da vergüenza como adulta, que siempre coloquemos sobre la juventud el peso del futuro, siendo que el presente, continúa en nuestras manos.